A día de hoy, aún no sabemos con certeza si la recuperación económica será en forma de V, de U, en diferentes velocidades o forma de K, o incluso de logo de Nike. Sin embargo, lo que sí parece evidente es que la caída sufrida por la economía será la primera provocada por decreto y, probablemente, una de las más profundas y cortas de la era moderna.
Por lo pronto, el PIB español cayó en 2020 un 11%, el peor resultado de España en tiempo de paz. Y el dato del paro no fue más alentador, terminando el año con 622.600 puestos de trabajo destruidos y 527.900 desocupados más, con una tasa de desempleo del 16,13%.
La razón, el sobredimensionamiento en nuestro país de sectores como el turismo, el ocio, o los servicios. Sectores muy poco productivos y enormemente afectados por la nueva normalidad establecida a nivel mundial.
Disminución de los ingresos: el ahorro como única vía para mejorar la renta disponible
Es por ello, por lo que la disminución de los ingresos medios de la población es un hecho que afecta ya a la mayoría de los consumidores. En este sentido, Aecoc afirma que casi dos tercios de los mismos prevé controlar mucho más sus gastos.
Los efectos de la crisis del Covid afectan directamente a la economía de los hogares, los cuales tendrán un presupuesto menor
Y para ello, los españoles nos fijaremos más que nunca en ofertas y promociones, reduciendo incluso el gasto en alimentación y otros productos básicos. Una reducción que, según los expertos, vendrá de la mano de exprimir (aún) más el presupuesto.
Así, con menos ingresos, el consumidor solamente tendrá una forma de incrementar su renta disponible: mejorando el ahorro. O al menos, intentándolo.
Y aquí, los gastos hormiga, adquirirán un papel protagonista. Pero ¿qué son exactamente? Pues bien, son esos pequeños gastos ‘innecesarios’ que realizamos diariamente sin casi darnos cuenta y que, poco a poco, merman nuestros ingresos totales, evitando que dediquemos parte de ese dinero a ahorrar o a invertirlo en cualquier otra actividad.
En esta lista de gastos innecesarios (y para nada presupuestados) encontraríamos el café del trabajo, el desayuno fuera de casa, el tabaco, las comisiones del banco, los pedidos recurrentes de delivery o el último producto de moda promocionado por tu influencer favorito.
¿Cuánto deberíamos ahorrar?
Muy buena pregunta. Según los expertos, es recomendable destinar al menos el 10% de los ingresos obtenidos. Para lograrlo, aconsejan seguir tres simples pasos:
- Ver el ahorro como un gasto fijo dentro del presupuesto total.
- Comprometerse con la obligación de realizarlo todos los meses como una tarea cotidiana.
- Definir un propósito para el ahorro con la finalidad de incentivarnos positivamente.
La solución para atajar estos gastos es aplicar un buen presupuesto y disciplina
Cómo influye la cultura financiera
Existen numerosos estudios que determinan la existencia de una correlación entre la formación financiera de una persona y su hábito de ahorro. En otras palabras, los países con peor formación financiera presentarían economías más débiles y vulnerables frente a una posible crisis, tal y como ocurrió en la anterior crisis financiera. Curioso.
Asimismo, en los países con falta de cultura financiera, los gastos hormiga generarían una menor percepción del efecto que estos pequeños gastos podrían producir en el gasto final. Afectando de esta manera a las finanzas personales del individuo.
Y es que, este tipo de gastos serían como una especie de saco de arena con un pequeño agujero al fondo por el cual saldría la arena poco a poco. Sin darnos cuenta.
La única defensa frente a estos gastos, es un buen ataque. Un buen presupuesto. Una buena disciplina. Un buen propósito de ahorro. Más aún, ante la falta de cultura financiera, que en EDEM trabajamos por corregirla en el Máster en Finanzas.