¿Qué mide realmente la eficacia de las vacunas contra el COVID?

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Últimamente estamos escuchando hablar mucho en los medios de comunicación e, incluso, en la calle, de la eficacia de las vacunas. Desde la llegada de la pandemia, la palabra vacuna ha sido como una luz al final del túnel en todos los aspectos. Se trata de una opción que nos permitiría volver a acercarnos a los nuestros de manera más cómoda, viajar y sentirnos más libres.

Por ello, los científicos han trabajado mucho para poder descubrir esa fórmula que nos permitiera a las personas estar protegidas al máximo. De este modo, dependiendo del laboratorio, las vacunas tienen mayor o menor eficacia. Pero, ¿Qué se está midiendo cuando utilizamos estos términos? Se les menciona mucho pero no se llegan a comprender del todo. Sin embargo, con una pequeña explicación es fácil llegar a las conclusiones necesarias.

La eficacia de las vacunas

Como acabamos de decir, desde la llegada de la pandemia de la Covid-19, la ciencia ha apostado por crear una vacuna eficiente contra este problema. Son muchos los nombres que se han mencionado, pareciendo, en ocasiones, una carrera para ver quién llegaba antes a la meta. Sin embargo, a día de hoy en hospitales y centros sanitarios pueden encontrarse varias de ellas.

No todas se aplican a las mismas personas. Por ejemplo, unas se están distribuyendo entre los mayores de 65 años y otras están más pensadas para los niños. Así, de primeras podemos mencionar que la vacuna rusa Sputnik-V presume de una eficacia del 92%, pero la de Pfizer-BioNtech supera a la anterior y presume de un 95% de eficacia, mientras que la de Moderna llegaría al 94%.

De este modo, es fácil imaginarse recuperando la vida anterior, volviendo a los cines sin restricciones o disfrutando de un concierto sin mascarilla. Sin embargo, hay que ir más allá y analizar a qué se refieren estos datos.

eficacia de las vacunas

En primer lugar, hay que destacar que cada vacuna funciona de una manera diferente. Mientras que la de Moderna y la de Pfizer se han creado a partir de una novedosa tecnología que permite al cuerpo exponerse a un fragmento del ARN del coronavirus, la creada en Rusia utiliza un virus del resfriado común. Este se modifica con el fin de que actúe como vector, provocando así una respuesta controlada del sistema inmune. Esta respuesta se repetirá en el caso de que se detecte la presencia del SARS-Cov-2 en el organismo.

Tiempo de inmunidad

Por otro lado, es necesario señalar que aún se desconoce durante cuánto tiempo las vacunas provocan inmunidad en el organismo. Por ello, no se sabe aún durante cuanto tiempo las personas están protegidas ante el coronavirus desde que reciben la vacuna. Sin embargo, los científicos no se cansan de decir que, a día de hoy, la mayor preocupación es vacunar cuanto antes a todas las personas que quieran. Además, a pesar de que en un principio todo parecía una competición por ver quien daba antes con la fórmula adecuada, los profesionales insisten en que las vacunas no deben compararse. De este modo, solo habría que inyectar la adecuada en cada usuario.

Teniendo en cuenta que vacunarse significa reducir el riesgo de sufrir consecuencias graves que provoca la Covid-19, sin duda estamos hablando de salvar vidas. La razón es que, en la actualidad, se trata de la única manera de controlar el virus cuanto antes. Además, analizando los datos obtenidos hasta el momento, que son pocos debido al número de personas que a día de hoy están vacunadas, se ha llegado a la conclusión de que los contagios se están reduciendo. Por ejemplo, se ha observado que en aquellas personas que tienen más de sesenta años y han sido vacunadas en Israel, más de 750.000, han dado positivo posteriormente por coronavirus solo el 0,07%. Sin duda, una gran noticia que está haciendo respirar de manera tranquila a muchos profesionales que están involucrados en este proceso.

eficacia de las vacunas

¿Más de un 50% de eficacia? Conseguido

Lo más curioso es que cuando se estaba trabajando en los laboratorios en la creación de la vacuna contra la Covid-19, se pensaba que ya sería todo un éxito lograr una eficacia del 50%. Pero, cuando en pocos meses se están demostrando unos resultados tan altos, la sensación de triunfo es aún mayor. Más aún, cuando una vacuna de estas características suele tardar en crearse años.

¿Cómo se mide realmente la efectividad de una vacuna?

Muchos los utilizan como sinónimos, pero dentro de la comunidad científica los términos eficacia y efectividad no son lo mismo. De este modo, se usan para medir la reducción proporcional de casos entre las personas vacunadas. Sin embargo, el concepto eficacia se utiliza cuando se refiere a un estudio que se desarrolla en condiciones ideales. Esto sería, por ejemplo, en un ensayo clínico. Por otra parte, el término efectividad es aquel que se usa en un estudio que se está realizando bajo las condiciones ambientales que son típicas. Estas, por lo tanto, no estarían tan controladas. Todo lo anterior explica que muchos científicos pensaban que, aunque en el laboratorio una vacuna tuviera altos porcentajes de eficacia, cuando se pusiera de la forma habitual, en condiciones ambientales, descenderían. Pero, los resultados han sido aún mejores de lo esperado.

Algunos científicos, con el fin de hacerse entender, han puesto el siguiente ejemplo: en cien personas contagiadas de coronavirus, una eficacia del 90% significa que en el caso de que todas ellas se hubieran puesto la vacuna, el 90% no hubieran caído enfermas. La eficacia de las vacunas se basa en la reducción del riesgo.

eficacia de las vacunas

Reacciones adversas

Además de la eficacia de las vacunas, los expertos están satisfechos debido a que estas no han presentado mayores problemas de seguridad, no habiéndose desarrollado reacciones adversas inesperadas. Por otro lado, estos datos y cualquier otro interesante respecto a este proceso se irán analizando cada vez con mayor conocimiento. Asimismo, será necesario crear nuevos esquemas por si el virus muta y afecta a la población de otra manera.

El visto bueno de las vacunas

Dependiendo del país, se han aprobado distintas vacunas para ser aplicadas entre sus ciudadanos. Por ejemplo, hasta el momento, Moderna, la elaborada por la Unversidad de Oxford y AstraZeneca, y la Pfizer-BioNtech han sido aprobadas en Reino Unido, en Estados Unidos y en la Unión Europea. Igualmente, en China se han aprobado la de Sinopharm CanSino y Sinovac, al igual que en los Emiratos Árabes Unidos y en Brasil. Por otro lado, en la India se ha autorizado el uso de emergencia de la del fabricante local Bharat Biotech. Sin embargo, la Sputnik-V no ha sido bien vista por la comunidad científica occidental. El motivo principal era, según sus palabras, la falta de transparencia durante las prácticas llevadas a cabo en el Centro Gamaleya, que es el laboratorio de Rusia en el que se creó.

Sin embargo, hace poco una prestigiosa revista científica aseguró sus buenos resultados, por lo que es posible que se apruebe su uso en otros países que en un primer momento no contemplaban esta opción, como por ejemplo en Venezuela, en México y en Argentina pero hay científicos que, aunque aseguren que la vacuna Sputnik-V ofrece una buena protección, el número de anticuerpos que induce, según su opinión, es bastante bajo. Esto influiría negativamente en la duración de la inmunidad de la que disfrutaría cada persona, sobre todo ante nuevas mutaciones del virus.

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