La economía de China está siendo golpeada mucho más duramente por el brote de coronavirus de lo que los mercados reconocen actualmente. El aspecto más aterrador de esta crisis no es el daño económico a corto plazo que está causando, sino la posible interrupción a largo plazo de las cadenas de suministro chinas, y el posible final del comercio made in china.
Los fabricantes de automóviles y las plantas químicas chinas han reportado más cierres que otros sectores. Los trabajadores no han regresado a la mayoría de las empresas hasta hace apenas unos cuantos días. Las compañías de transporte y logística han reportado tasas de cierre más altas que el promedio nacional.

El comienzo del paro comercial
En enero, Beijing ordenó la extensión del festejo del Año Nuevo Lunar, posponiendo el regreso al trabajo. El coronavirus se estaba propagando rápidamente en la provincia del epicentro de Hubei y lo último que China quería era que se repitiera en otros lugares. Las restricciones de viaje y las cuarentenas de casi 60 millones de personas paralizaron la actividad comercial.
El efecto dominó de esta severa interrupción se sintió a través de las cadenas de suministro de autopartes, electrónica y farmacéutica en los próximos meses. Las empresas estaban haciendo lo que siempre hacen: buscar los menores costes de producción. Tal vez eso significa costes de mano de obra. Tal vez significa regulaciones de algún tipo u otro. Esto ya estaba pasando a medida que China subía los salarios y aumentaba las regulaciones ambientales.
A las empresas no les gusta la incertidumbre de los aranceles y restricciones, por lo que empezaron a abastecerse de otras fuentes. Los socios chinos se trasladaron a Vietnam, Bangladesh y a todo el sudeste asiático. Algunas farmacias minoristas en partes de Europa informaron que no pudieron conseguir mascarillas quirúrgicas porque todas son hechas en China. ¿Puede esto ser el final del comercio made in china?.
¿Esto significa el final del made in china?
Por ahora, parece que todo está hecho en China, desde los iPhones de Apple hasta las zapatillas de Nike. Convertirse en el centro más grande de manufactura global ayudó a impulsar a China al rango de la segunda economía más grande del mundo. China ha sido la mayor fuente de importaciones de los Estados Unidos, suministrando 452.200 millones de dólares en bienes en 2019. Dos tercios del volumen de carga que entra y sale del Puerto de Boston está ligado a China.
Pero los crecientes costes laborales, las preocupaciones por el robo de la propiedad intelectual y ahora una infección viral que ha restringido la producción y los viajes está haciendo que las empresas se replanteen su dependencia de la fabricación en China.
Durante años, muchas empresas estadounidenses han dependido excesivamente de China, especialmente para el suministro. Pero la crisis del coronavirus puede haber expuesto el riesgo sistémico de abastecerse de China. El coronavirus es el punto de quiebre de China. No hay forma de que pueda ser el fabricante mundial de bajo costo nunca más, al menos no de la misma manera. Esos días están llegando a su fin.
Es poco probable que las compañías se retiren de China por completo, pero un cambio a otros países se ha estado llevando a cabo y se aceleró en 2018, cuando Estados Unidos inició la guerra comercial con China. Algunas empresas trasladaron la producción a otras partes de Asia para escapar de los fuertes aranceles sobre las importaciones chinas.
Elegir un nuevo país, o países, no es fácil. Ningún país tiene la logística establecida como China. Pocos países grandes tienen las tasas de impuestos que tiene China. Brasil seguramente no. La India sí. Pero tiene una logística terrible.

¿Qué pasará en el futuro?
El brote de Covid-19 ha sido un caso de estudio de los peligros de tener demasiada fabricación en un país. Debido a que China ha sido el epicentro de Covid-19, el gobierno ha cerrado muchas fábricas durante semanas. Aunque algunos trabajadores han regresado, las fábricas todavía no funcionan a plena capacidad, con cuarentenas y restricciones de viaje que impiden volver a la normalidad.
El efecto total del brote en la economía mundial no se sentirá hasta dentro de un par de meses, mientras que las empresas todavía tienen inventario. Los consumidores deberían esperar precios más altos. Las empresas están luchando para redirigir su producción fuera de China. El virus sucedió tan rápido que las compañías no pudieron prepararse para ello.
En los últimos años los importadores han comenzado a explorar las cadenas de suministro más allá de China, ya sea para ahorrar dinero o para establecer planes de contingencia. Aún así, no se espera que la carga de China caiga de la noche a la mañana, en gran parte porque otros países en desarrollo aún no han construido un puerto o una infraestructura de transporte comparable a la de China.
Eso va a tomar muchos, muchos años para facilitar la modificación de las cadenas de suministro. En el corto y mediano plazo, aun veremos un gran volumen saliendo de China, llevará varios meses o años para que China deje de ser el centro más grande de manufactura global.
1 comentario en «¿Ha sido el coronavirus el principio del final del «made in china»?»
Me parece un artículo económicamente absurdo, periodístico de baja calidad. Todo son peguntas no contestadas en ningún caso, i sin ninguna base estadística o temporal que no satisfacen a ningún un lector. Lo siento, normalmente no me expreso así, pero basura como ésta no debería publicarse en ninguna parte. Espero que alguien conteste de forma adecuada a las preguntas formuladas porque nos haría un gran favor. Yo no lo voy a hacer para mantener mi mente