Durante el s.XIX era común el librecambio y la existencia del patrón oro como referencia monetaria, de modo que un país podía conformar una unidad de cuenta igual a un cierto peso de oro de ley definida, dando lugar a lo que se conocía como un patrón oro monometálico.
Si las autoridades decidían mantener la circulación de monedas de oro y plata de pleno contenido (definiendo la unidad de cuenta en función del peso y ley de ambos), se obtendría un patrón bimetálico que, para que funcione equitativamente, debía tener el valor de cada moneda dentro de la relación legal de ambos metales, determinada por la definición metálica de la unidad de cuenta. De no ser así, funcionaría la ley de Gresham, por la que la moneda del metal infravalorado desplazaría a la sobrevalorada, provocando que se atesore.
El patrón oro requería dos condiciones para funcionar:
- El mantenimiento del valor de la unidad monetaria (igual a cierta cantidad de oro) y
- Libertad de movimientos de metal.
La primera de las condiciones se ha cumplido por norma general:
- Patrón oro clásico (hasta 1914). El país acuña cuando los particulares lo necesiten. El mecanismo de ajuste se da por la variación de los activos internacionales en poder del Banco Central y su efecto sobre el dinero en circulación.
- Patrón lingotes de oro (Inglaterra a partir de 1925), con funcionamiento similar al anterior, pero para cantidades mayores.
- Patrón cambios oro (vigente antes de la Gran Depresión y en la Posguerra). El país mantiene paridad comprando o vendiendo divisas de países incluidos en el régimen de patrón oro. El ajuste recae sobre los países cuya moneda no es reserva.
La Primera Guerra Mundial (WWI) afectó al funcionamiento del patrón y a las relaciones económicas internacionales ya que se abandonó (3 veces) y la fluctuación del tipo de cambio que implicó llevó a devaluaciones competitivas formando parte de la aplicación de la política de empobrecer a otros países encareciendo importaciones del mismo y favoreciendo exportaciones propias.
La Conferencia Económica Mundial de Londres de 1933 supuso un intento de lograr un acuerdo de la política internacional basado en la cooperación, pero supuso un fracaso por el enfrentamiento de los países con el patrón oro y los del patrón libra. Los primeros abogaban por evitar la fluctuación de los tipos de cambio con los USA. Los segundos por la libertad en términos de pagos para favorecer la recuperación y la expansión económica; y comerciales, solicitando la reducción de los obstáculos al comercio.
El abandono del patrón oro distorsionó el mercado de cambios. El primer paso lo dio Gran Bretaña (UK) en 1931 seguida por sus países ligados comercialmente. En 1933 USA lo abandonó y se devaluó el dólar. A continuación los países del Hemisferio Occidental y por último, en 1934, los que aún mantenían el patrón oro, Bélgica, Francia, Holanda y Suiza.
A partir de entonces la organización monetaria internacional tenía 3 grandes áreas: la libra, el dólar y el franco francés. Para hacer frente a la inestabilidad monetaria, Francia, UK y USA llegaron a un Acuerdo Tripartito para mantener el mayor equilibrio posible en el sistema de cambios internacionales, siendo este un primer intento de cooperación monetaria desde la desaparición del patrón oro y antes de la WWII, que puede considerarse antecedente del FMI.