El SMI arbitraba muchos mecanismos para amortiguar las perturbaciones en el funcionamiento del patrón cambios-oro. Entre ellos se encuentran la creación del pool de oro (1961), el incremento de las cuotas del FMI (1959 y 1964), los Acuerdos Generales de Préstamo y los DEG, mecanismos que a pesar de coadyuvar a la continuidad, no evitaron el aumento de la desconfianza. La Balanza de Pagos americana contribuyó con sus déficit corrientes al incremento del volumen de dólares incontrolados en la liquidez mundial.
Al principio de la crisis del sistema la libra fue objeto de ataque de especuladores, de modo que en 1967 debió devaluarse ante la imposibilidad de la economía británica de apoyar a su moneda, y por ello perdió su condición de moneda de reserva clave que hasta entonces tenía por motivos históricos.
A continuación la corriente especuladora fue al dólar y a favor del oro, provocando aumento de demanda de oro no monetario, que produjo el aumento de la diferencia entre el precio del mercado libre de oro y el mercado oficial, lo cual llevó a una reducción de las reservas oficiales del pool de oro. Por culpa de esta corriente especuladora, en 1968, se suspendió la intervención del mercado privado de oro y se suspendieron las operaciones del pool de oro, creándose un doble mercado para el mismo. Luego se decidiría que el oro de las reservas oficiales se usase sólo para pagos entre autoridades monetarias.
La segunda mitad de los ’60 se caracterizó por la especulación a favor del oro y contra el dólar y la libra, y la devaluación de esta última aumentó la importancia del dólar, en cuanto a que el funcionamiento del sistema exigía una moneda fuerte sin déficit en su Balanza de Pagos. En esta década, el aumento de reservas mundiales se hizo a través de monedas reserva y oro: en la primera mitad de la década en oro y dólares y libras; mientras que en la segunda adquirió importancia el mercado de eurodólares y la posición de reservas en el FMI procedente del uso de créditos del Fondo y swaps entre países. En 1969 se da un importante cambio en la composición de reservas debido a la recuperación del oro tras su caída.