La comunidad internacional ha tomado conciencia de la necesidad de acciones concertadas para luchar contra el cambio climático. Estas acciones en general están ligadas a las Naciones Unidas. El sector turístico tiene un importante papel que jugar en este proceso, dado su valor económico global y su influencia en el desarrollo sostenible. Al igual que la agricultura, los transportes y la energía, el sector turístico es un sector muy vinculado con el cambio climático y cualquier proceso regional del cambio climático repercutirá en los destinos turísticos.
La Primera Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo fue convocada en 2003 por la OMT y el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para Medioambiente) y otros organismos internacionales, en Djerba (Túnez) destacándose la creciente preocupación que el problema del cambio climático suscitaba en el sector turístico.
En la Segunda Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo, celebrada en Davos (Suiza) en 2007, se aprobó la Declaración de Davos y se acordó adoptar de forma urgente políticas que impulsen el turismo sostenible.
Se considera que el cambio climático tiene repercusión sobre la competitividad y los destinos turísticos, afectando especialmente a diferentes ámbitos de forma directa, ya que si algunos destinos pierden posición competitiva, afectará directamente al sector turístico al tener que incrementar los gastos en infraestructura, explotación en seguros, evacuaciones, etc, o de forma indirecta con la pérdida de biodiversidad, degradación del paisaje, erosión, inundación de zonas costeras, destinos insulares y de montaña más sensibles a los cambios medioambientales.
La Red de Respuesta ante Emergencias Turísticas
La Red de Respuesta ante Emergencias Turísticas formada por las principales asociaciones de turismo del mundo se lanzó formalmente en abril de 2006 bajo los auspicios de la OMT. Esta asociación es independiente con un objetivo común como es hacer que el turismo y los destinos sean seguros.
Sus principios, como prioridades generales ante situaciones de emergencia como la vivida en Europa en 2010 con la crisis del volcán Eyjafjälla, son los siguientes:
- La seguridad
- Facilitar a los viajeros los medios necesarios para su bienestar, como información clara y precisa, asistencia y apoyo, y procedimientos para facilitar la emisión de visados a pasajeros en tránsito que no pueden salir del aeropuerto.
- Las autoridades deberán prestar al sector turístico todo el apoyo posible en materia de regulación.