Se considera que una moneda es internacional cuando se utiliza como medio de pago, unidad de cuenta y activo financiero más allá de las fronteras del país que la emite, por operadores privados y oficiales. En este sentido, serán determinantes: la aceptación entre los operadores privados, el tamaño de la UEM, la estabilidad de la moneda y el reconocimiento de los mercados financieros. Otros factores que pueden contribuir a hacer del Euro una moneda internacional son:
- La aceptación de su papel como moneda reserva.
- La diversificación de las reservas extranjeras a favor del euro, ligada a su mayor utilización como instrumento de intervención en los mercados de cambios.
- La política de estabilidad de precios del SEBC puede hacer del euro una moneda muy estable, lo que aumentaría su atractivo como moneda refugio y su consideración como moneda ancla.
- La amplitud, liquidez y profundidad del mercado del euro puede llevar a una reducción del coste de cobertura del riesgo de cambio, a un nivel parecido al del dólar.
- Los exportadores e importadores europeos ya no tendrán que soportar los riesgos de cambios ni los costes de cobertura por la utilización de sus monedas nacionales.
- La eliminación del riesgo de cambio, por la incorporación del euro, implicará un alto grado de convergencia en los rendimientos y costes en los mercados financieros de los países de la zona.
- Los países más vinculados económica y comercialmente a la UE utilizarán con mayor amplitud el Euro.
- El Euro, el Dólar y el Yen están llamados a ejercer el papel de monedas claves en la nueva organización del sistema monetario internacional.
- El euro se ha convertido en la 2ª moneda detrás del dólar en transacciones financieras y como moneda de reserva de los Bancos Centrales.