Del objetivo de estabilidad de precios que tienen establecido el SEBC y el BCE cabe esperar bajas tasas de inflación en el área Euro, lo que la convertirá en un área estable. Del lado de las incertidumbres se detectan las siguientes:
Cambios políticos. La alternancia política llevará al poder a nuevos gobiernos que podrían no simpatizar con la máxima de estabilidad de precios y plantear conflictos de intereses.
Política monetaria adecuada y credibilidad del BCE. Durante los primeros años de funcionamiento, el BCE se enfrenta a dos grandes retos:
- La adopción de políticas monetarias adecuadas y
- Dotar de credibilidad su actuación.
El BCE, al menos durante los primeros años de su funcionamiento tenía que adoptar una política monetaria para un amplio y variado conjunto de países. La crisis de las hipotecas subprime demostró la adecuación de la política monetaria del BCE y la credibilidad de su actuación.
Estabilidad financiera. Los principales peligros surgen de la posibilidad de que:
- El sistema de pagos TARGET no fuese tan eficiente como se espera ante la posibilidad de riesgos sistémicos.
- Una vez establecido el europeo global aumentará el riesgo de contagio como consecuencia de los préstamos interbancarios transfronterizos en la zona euro, sin el suficiente respaldo financiero.
- La UEM iba a propiciar la aceleración en la reestructuración del sistema bancario europeo ante la necesidad de reducir costes
Se contemplaba que el euro impulsaría la reestructuración del sistema bancario demandando la centralización de la supervisión financiera y la gestión de riesgos sistémicos.
Supervisión financiera. Ni el SEBC ni el BCE tienen asignadas funciones de supervisión financiera. Con la crisis financiera actual, la necesidad de llevar a cabo reformas en la supervisión financiera en la UE se recogió en el Informe De Larosière [Londres, abril ‘09].
Prestamista de última instancia. La función de prestamista de última instancia (provisión de liquidez por los BC nacionales ante el riesgo de crisis bancaria) no se ha asignado a ninguna institución común de la moneda única. Por tanto, no existe ningún coordinador ni proveedor de liquidez en caso de crisis. Esto corre porque los estatutos del SEBC y del BCE están redactados a imagen de los del Bundesbank, que no preveían esa función para el BC alemán. Las crisis deberán tratarse mediante acuerdos ad hoc. Es posible que el riesgo de efecto dominó obligue a intervenir al BCE como prestamista de última instancia [como en la crisis de las hipotecas subprime]. Esto añade una incertidumbre en el área Euro denomina riesgo moral [moral hazard], consistente en que ante crisis sistémicas el BCE intervenga para evitarlas y ello genere comportamientos irresponsables de los mercados y de los agentes financieros que confiarán en que el BCE evite la crisis.
Zonas monetarias óptimas y perturbaciones asimétricas. La teoría de las zonas monetarias óptimas [Mundell, 1961] nos dice que existen beneficios y costes cuando se establece una misma moneda en un área.
Los beneficios se producen por mayor transparencia en los precios que incentiva la competencia, menores costes en las transacciones cambiarias y eliminación de riesgo de cambio. En el caso de la UE los países con poca tradición de estabilidad monetaria se verán beneficiados por el objetivo común de estabilidad de precios. Los principales costes del establecimiento de una moneda única son:
- La pérdida de la política monetaria por parte de los poderes nacionales y
- El riesgo de perturbaciones asimétricas.
Son perturbaciones asimétricas las que afectan de forman desigual a los países de una misma área económica. Lo fueron las dos crisis energéticas de los 70 en la UE, la unificación alemana del inicio de los 90 o la actual crisis.
Los EEUU cumplen con los requisitos de un área monetaria óptima. Sin embargo quizás se esté exagerando demasiado la importancia de la teoría de las zonas monetarias óptimas para juzgar el éxito de la UEM. Las economías europeas antes de establecerse la moneda única estaban poco especializados y, por tanto, las perturbaciones asimétricas, en principio, eran menos asimétricas que en EEUU. En cuanto a la política monetaria, se esperaba que con el BCE y una sola política monetaria, las perturbaciones asimétricas se extendieran menos que en la época en la que existían políticas monetarias independientes.
Disciplina presupuestaria y perturbaciones asimétricas.
El Informe McDougal aconsejaba incrementar el presupuesto de la UE hasta el 7% del PIB para que pudiera cumplir con la función de estabilizador. Lo mismo sugirió el primer presidente del IME. Sin embargo, el esfuerzo de los países del área Euro por alcanzar la convergencia presupuestaria, más los compromisos de ampliación de la UE y el compromiso de bajos déficit nacionales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, limitan las posibilidades de transferencias de los países al presupuesto comunitario. Sin embargo, dado que el sector público tiene mayor peso específico respecto al PIB en Europa que en USA se espera que las políticas fiscales nacionales tengan un importante efecto estabilizador en caso de perturbaciones.
Permanencia de los desequilibrios estructurales.
Las exigencias de convergencia nominal contenidas en el Tratado obligaron a los gobiernos a centrarse en las políticas macroeconómicas, dejando en segundo plano las reformas estructurales. Sin embargo, el éxito del área Euro dependerá de que se flexibilicen los mercados de trabajo y se reduzca el desempleo. De no ser así, se pone en peligro la política de estabilidad de precios. La reducción del desempleo contribuiría al saneamiento de las arcas públicas por la vía de mayores ingresos y, sobre todo, por la reducción del gasto público.