La palabra carencia tiene como significado tener la falta de algo. Sin embargo, es un termino usado y aplicado para varias áreas. Por ejemplo, en el ámbito del derecho, el período de carencia hace referencia a la ausencia de bienes inmuebles que puede tener una empresa o particular al momento de una sucesión o incautación.
Por otra parte, en el ámbito económico, la carencia supone el período que tendrá un préstamo y en el que sólo se pagaran los intereses sin amortizar el capital. Se hablará de período de carencia total cuando no se paguen ni capital ni intereses. A continuación, te explicamos con más detalles qué es el realmente un período de carencia y sus diferentes utilidades.
¿Que se entiende por período de carencia?
El período de carencia se puede definir como el lapso, podría ser un mes, un año o más, durante el cual una de las partes de un acuerdo queda libre de algunas obligaciones contraídas. La carencia se aplica a diferentes ámbitos como hipotecas, préstamos o seguros.
Si hablamos de período de carencia aplicado a productos como una póliza de salud, se entiende como el tiempo que pasa desde la contratación del seguro hasta que se pueda empezar a hacer uso de todos sus servicios. Por ejemplo, en los seguros de salud ocurre que el cliente no pueda beneficiarse de todas las coberturas o servicios durante 6 meses o un año. Esto lo hacen las aseguradoras de salud con el objetivo de evitar que personas ya enfermas contraten los servicios de salud. En este sentido, se podría decir que la carencia afecta al paciente o cliente.

Carencia en préstamos
En este caso, la carencia tiene una aparente ventaja para el cliente que solicita el préstamo. También conocida como período de gracia, la carencia supone el tiempo en que el cliente queda exento del pago de cuotas o algunas de ellas.
Aunque todo esto suena bastante bien hasta ahora, no podemos olvidar que una entidad bancaria nunca pierde. Será la entidad financiera quien, al final de todo, obtenga los mayores beneficios en este acuerdo.
Por lo general, el período de carencia se suele conceder en préstamos de importes elevados a través de una cláusula que se integra en el contrato. Un ejemplo claro de ello son las hipotecas. En este caso, las carencias suponen un gran alivio para los clientes, ya que las hipotecas suelen tener gastos iniciales bastante elevados.
Período de carencia en hipotecas
Pero, ¿cómo sería un período de carencia aplicado a una hipoteca? En este caso, se le da la opción al cliente de pagar solo los intereses durante un tiempo acordado, pueden ser entre meses y años. Durante este tiempo, puede abonar mensualidades reducidas, pero sin amortizar el capital.
Finalizado el período de gracia, el cliente comienza a pagar las cuotas de manera mensual, incluidos los intereses más amortización. Siendo por consiguiente las cuotas mucho más elevadas, ya que se deberá amortizar el capital en menor tiempo.
En pocas palabras, el cliente cree salir beneficiado al comienzo de este trato, al aliviar un poco la carga inicial. Sin embargo, luego tendrá que asumir una cuota considerable y que deberá amortizar en menos tiempo. Es decir, el período de carencia siempre encarece el préstamo. Se debe tener en cuenta que es una oferta para atraer clientes y que no solo la ofrecen los bancos, sino muchos otros establecimientos financieros.
No te dejes llevar por el famoso «llévatelo ahora y paga después» o «no pagues hasta…» Al final, acabarás pagando el doble o hasta más. Lee bien las condiciones de todo acuerdo financiero y no te dejes cautivar por el período de carencia.