El Sistema Crediticio está compuesto por un conjunto de entidades de crédito. En España, dicho sistema está conformado por bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito, el ICO y el Banco de España.
Todas estas entidades conforman una estructura jerárquica donde el Banco de España ocupa un lugar prioritario como supervisor del resto de entidades. A su vez, dentro del sistema crediticio, los bancos son el principal subsector. Según la legalidad vigente, estas entidades son las únicas que cuentan con autorización legal para la captación de fondos públicos
¿Cuáles son los componentes del sistema crediticio?
Existen dos agentes básicos que configuran el entorno crediticio: Los Bancos centrales y los Bancos comerciales
Los bancos centrales
Los Bancos Centrales son los encargados de controlar las políticas monetarias. A partir de ellas tienen la capacidad de gestionar la cantidad de dinero que circula en curso legal dentro de la economía. Mediante préstamos tanto al Estado como a los Bancos Comerciales, generan el dinero en curso legal.
Dentro del continente europeo, existe el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). Este está integrado tanto por el Banco Central Europeo como por los bancos centrales nacionales. El SEBC constituye el Eurosistema (basado en el euro) que a su vez gestiona la política monetaria de la Unión Europea.
Sin embargo, más allá de Europa, existen otros bancos centrales alrededor del mundo. Algunos ejemplos son la Reserva Federal, que gestiona la economía estadounidense a través del dólar; o el Banco de Inglaterra, que trabaja con la libra esterlina.

- Variaciones en los tipos de interés: a través de estas tienen la capacidad de alterar el valor del dinero. Cuando los reducen cae el precio del dinero y una de las consecuencias que se produce de ello es el incremento del nivel de endeudamiento.
- Alteraciones en el coeficiente de caja: este tipo de variaciones condicionan sus relaciones con los bancos comerciales.
- Operaciones en el mercado abierto: los bancos centrales actúan dentro del mercado mediante la compra o la venta de deuda. Ésta, a su vez, puede ser tanto pública como privada.
Los bancos comerciales
Los bancos centrales se encargan de dictar las normas y configurar la base monetaria del mercado. A partir de ahí, entran en juego los bancos comerciales. Éstos también tienen la capacidad de crear dinero de curso legal, lo que también se conoce como dinero bancario. La generación de dinero bancario a través de Bancos Comerciales recibe el nombre de reserva fraccionaria.
A menudo, cuando cualquier persona deposita dentro de una entidad bancaria cualquier cantidad de dinero, tiende a pensar que ésta estará disponible en su totalidad siempre que lo requiera. Esto significaría que la totalidad de su dinero iría a parar a las reservas del banco. Sin embargo, la reserva fraccionaria no actúa así. Los Bancos Comerciales únicamente almacenan como reserva una parte del total de los depósitos que realizan sus clientes.
Pero ¿qué pasa con el resto del dinero? Mediante la técnica de la reserva fraccionaria, el banco solamente almacena una fracción de dicho depósito. Esta fracción recibe el nombre de coeficiente de reserva y es variable. El resto del dinero que ese cliente ha ingresado, pasa a manos del banco para ser prestado.

Por ejemplo: imagina que un cliente A hace un ingreso de 10.000 euros dentro de un Banco X. Dentro de un sistema de reserva fraccionaria, el banco X cuenta con un coeficiente de reserva del 10%, de modo que ocurriría lo siguiente:
- El cliente A hace un Ingreso de 10.000 euros en el Banco X.
- El Banco X almacena un total de 1.000 euros (que es el coeficiente de reserva).
- El banco X utiliza los 9.000 euros restantes para hacer un préstamo a un cliente B.
Es importante tener en cuenta que el depositante principal (en este caso el Cliente A) sigue teniendo dentro de su cuenta corriente el 100% de su dinero, es decir, sus 10.000 euros. El banco, por su parte, ha creado dinero a partir del dinero del cliente A. Ha expandido dicho crédito. Esta operación es totalmente legal, puesto que la creación de dicho dinero se ha hecho a través del compromiso del cliente B de hacer frente a su pago como deudor de un préstamo.
El contrato: una herramienta básica del sistema crediticio
El banco trabaja a partir de un activo principal: la herramienta del contrato. Este supone un compromiso tácito con el deudor (cliente B) de devolver las cantidades prestadas más los intereses, claro.
El cliente B, mediante un contrato de préstamo, podrá acceder a una cantidad de dinero en curso legal de 9.000 euros. Siguiendo con el ejemplo anterior, podrás ver que el proceso se puede repetir de forma ininterrumpida. Imaginemos que este cliente B ingresa sus 9.000 en otro banco distinto, en el banco Y. El banco Y actuará del mismo modo que el banco X. Mantendrá un porcentaje de reserva y el resto lo utilizará para proporcionar un préstamo al cliente C. Como puedes ver, a partir de un depósito original del cliente A, se crea dinero de la nada. Para ser más precisos, podríamos decir que se crea dinero a raíz de la obligación de pago como acreedor a la que se compromete el prestatario. En resumen, podríamos decir que el compromiso de pago se convierte literalmente en dinero.
En el ejemplo anterior, podemos ver claramente cómo tan sólo el 10% del dinero que circula entre los bancos y clientes mencionados es dinero físico. El resto del activo son compromisos de pago de terceros clientes. ¡Increíble!
Este sistema genera un incremento constante de dinero dentro de los Bancos Comerciales. Obviamente, todos los préstamos realizados han de ser devueltos incluyendo los intereses correspondientes que se derivan del acuerdo contractual.