Los principios básicos generales de la Unión Europea son: libertad, democracia, respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y el Estado de Derecho. También están incluidos el respeto a los derechos fundamentales, el respeto por la Unión a la identidad nacional de los Estados miembros.
La Unión intervendrá según un principio de subsidiariedad, de tal modo que sólo tomará parte cuando los objetivos de la acción que se vaya a emprender no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Estados. También se guía por el principio de suficiencia de medios, según el cual la Unión promete dotarse de todos los recursos necesarios para aplicar sus políticas.
Objetivos fundamentales de la Comunidad Europea según el Tratado de Roma: crear un mercado común sin obstáculos al comercio exterior y con libertad de factores, beneficiarse de la dotación de factores, mayor aprovechamiento de la ventaja comparativa y por tanto de la mejor asignación de recursos, favorecer a las empresas a través del aprovechamiento de las economías de escala y procurar un mayor bienestar general. El Tratado de Maastricht incorporó objetivos de carácter económico, político y social. En el Tratado de Lisboa se reconoció que la UE tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos; en el contexto económico existe un compromiso para establecer un mercado interior, para trabajar en pro del desarrollo sostenible basado en un crecimiento económico desequilibrado y en la estabilidad de los precios y en una economía social de mercado altamente competitiva, tendente al pleno empleo y al progreso social.