El Ministerio de Hacienda prepara una series de reformas para que España pueda ingresar más dinero a sus arcas como producto de la recaudación. En nuestro artículo de hoy te desvelamos todas las claves (que se conocen hasta ahora) de la ambiciosa reforma fiscal actual. Se elevarían los impuestos sobre el tabaco, el alcohol y los plásticos de un solo uso, entre otros. Además, por supuesto, de subir el precio de los combustibles fósiles para intentar cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París. Toma nota de todos los pormenores de esta inevitable reforma.
Las claves de la reforma fiscal actual: todo lo que necesitas saber
La revisión de módulos
Empezamos por contarte que la reforma fiscal actual busca la revisión del régimen de estimación objetiva o módulos. Se trata de un régimen de tributación del IRPF predominante entre los autónomos y pequeños comercios dentro de los que, además de los negocios de emprendedores entrarían los bares. Aunque es muy sencillo (si se compara con otros regímenes fiscales), presenta irregularidades por lo que se encuentra en la mira de la Agencia Tributaria que ha intentado eliminarlo en más de una ocasión, aunque, hasta el momento, se desconoce qué ocurrirá con este régimen.
La idea es que el Ministerio de Hacienda comience a aplicar la tributación por beneficios reales, cosa que, con el sistema de módulos no ocurre actualmente. Además de evitar posibles fraudes asociados, generalmente, con el paso del sistema de módulos al régimen general.

Los impuestos
En el tema de los impuestos, la reforma fiscal actual pretende revisar los impuestos sobre el alcohol y el tabaco. ¿El motivo aparente? Que los precios en España son, en comparación con el resto de países de la Unión Europea, muy bajos. En Francia, por ejemplo, el precio de un paquete de tabaco cuesta un promedio de 10 euros. Ten en cuenta que en España un paquete cuesta alrededor de 5 euros. Siguiendo con nuestro país vecino, te contamos que una botella de vodka Absolut 70 cl cuesta 16,50 euros en los supermercados franceses, frente a los 12,50 euros que cuesta en los supermercados españoles. Por cita un ejemplo.
También subirían los impuestos sobre el diésel y la gasolina. Aunque aún está pendiente su revisión, ambos impuestos se encuentran sobre la mesa. Y es que no olvidemos que el 2021 es el año en el que los países que firmaron el Acuerdo de París deben de empezar a hacer cambios en sus políticas medioambientales. En nuestro país, uno de los objetivos es fomentar la compra de vehículos cero emisiones como los híbridos y eléctricos. Por eso es que se ha intentado fomentar su compra a través de distintos incentivos a los particulares para la adquisición de estos coches. Una forma de encauzar estos objetivos es subiendo el precio de los combustibles fósiles.
El IVA a examen
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) también será objeto de estudio de la reforma fiscal actual. Y es que, según el Ministerio de Hacienda, el IVA reducido y superreducido son los que más se aplican a los productos, en vez del IVA general; comparando, por supuesto, a España con el resto de países de la Unión Europea.
Economía sumergida, punto clave en la reforma fiscal actual
La economía sumergida hace referencia al conjunto de actividades económicas no declaradas y que, por lo tanto, no pueden ser fiscalizadas por el Estado; dentro de ellas nos encontramos actividades ilegales como la prostitución y el narcotráfico. El objetivo de la reforma fiscal actual es crear una especie de grupo dependiente de la Seguridad Social que combata la economía sumergida. De entrada se planea establecer un plan en las 5 grandes ciudades españolas con mayor población: Madrid Barcelona, Bilbao, Valencia y Sevilla.
El objetivo sería que, al menos una de estas actividades fuera «legal» y que los trabajadores cotizaran dentro de la Seguridad Social. Algo que ya sucede en países como Holanda desde hace muchos años.

Impuestos iguales en las distintas comunidades autónomas
Uno de los grandes objetivos del Ministerio de Hacienda es que el impuesto de Sucesiones y Donaciones, así como el Impuesto de Patrimonio cumplan los mismos criterios en todas las comunidades autónomas. Se busca que todas las comunidades autónomas cuenten con la misma capacidad de recaudación pero sin agravar a los ciudadanos.
Dentro de la agenda fiscal también nos encontramos con los impuestos medioambientales, como el famoso (y todavía en vías de creación) impuesto de carbono propuesto por la Unión Europea. Incluso se plantea la creación de impuestos sobre los envases de plástico de un solo uso y sobre residuos; todo con el objeto de intentar cumplir con los puntos del citado Acuerdo de París.
El porqué de la reforma fiscal actual
El objetivo de la coalición que gobierna en España es recaudar 9.197 millones de euros, si se consigue la reforma fiscal planteada. Esto se conseguiría, entre otras, modificando las sociedades, el IRPF y el patrimonio; pero también aumentando los impuestos sobre los plásticos de un solo uso y elevando el impuesto sobre las bebidas azucaradas, entre otros. El Gobierno de España también pretende, con estos impuestos, elevar el PIB anual, que se vio fuertemente mermado a causa de la crisis económica producida por la Covid-19.
El objetivo del Gobierno es demostrar ante Bruselas (quien aportó al país una fuerte inyección monetaria por la pandemia) que nuestro país es un Estado solvente, capaz de afrontar sus deudas. Según lo que se ha presentado ante la Unión Europea, el plan presupuestario de este año pretende ingresar al país hasta 550 millones de euros en 2021 y 1.724 millones para el 2022.